Una vez que hayamos elegido el colorete perfecto, es hora de ¡¡aplicárnolo!! y ¿cómo? Pues de una manera muy sencilla.
Lo primero que hay que saber es que el colorete se aplica en último lugar, después de maquillarnos los ojos y la boca, para percibir mejor la intensidad a dar, encima de los polvos sueltos.
Lo primero que hay que saber es que el colorete se aplica en último lugar, después de maquillarnos los ojos y la boca, para percibir mejor la intensidad a dar, encima de los polvos sueltos.
Untamos la brocha y quitamos el exceso de pigmento realizando dos sacudida.Vamos deslizando ligeramente la brocha con movimientos largos y ascendentes desde el hueso del pómulo hasta las sienes; insistir varias veces sin poner más cantidad en el pincel, difuminando al máximo.